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sábado, 24 de agosto de 2019

Reflexiones desde una Comisaría

Hola blog. Te tenía olvidado. 

Después de las elecciones del 28 de abril cuando la ciudadanía de la provincia de Barcelona decidió democráticamente que quien mejor les podía representar en el Senado eran Raúl Romeva, Manuel Cruz, Elia Tortolero y Ana Surra y no yo, tocaba redecorar mi vida de nuevo después de tres años y medio intensos y volver a las rutinas anteriores dedicado al 100% a la abogacía y eso lleva algo de tiempo.

La verdad es que no ha cambiado demasiado el día a día en los juzgados y comisarías, diría que prácticamente nada, salvo pequeños cambios estéticos.

Me vuelve a apetecer escribir.

Una tarde cualquiera de agosto. Mucho calor. De guardia del turno de oficio. Besòs. Territorio comanche si haces mucho caso a las noticias. Llamada telefónica que llevaba esperando desde un sms del Colegio de Abogados de las 5.41 de la mañana. Ya puede Usted ir a la Comisaría de Mossos d´Esquadra para la declaración del detenido. Allá vamos.

¿A qué hora volverás?.

A saber.

Llegas a esa Comisaría, luce todavía el sol, te identificas. Vengo a asistir a ... Espere que ya le avisaremos.



Prácticamente dos horas sentado en la sala que se encuentra en la entrada de la Comisaría hasta que te llaman para asistir al detenido. Te quejas. Para qué me dicen que ya puedo ir y me tienen dos horas sentado esperando. Pides respeto para la profesión. Se excusan, no tenemos personal, somos muy pocos, ya nos quejamos a los superiores, pero ya sabe, cosas de la política. Que me vas a explicar a mí, pienso.

Pero dos horas dan para mucho. Jugueteas con el móvil, te paseas por twitter que cada día parece más lodazal y te hartas de insultos, del blanco o el negro, del conmigo o contra mí. Lo dejas. Y empiezas a observar, y ves cosas que no te gustan.

Llegan personas que vienen a denunciar o que vienen a preguntar. Y tú allí sentado, esperando, te enteras de todo. Y no deberías. 

El Mosso d´Esquadra que atiende esta parapetado detrás de un cristal. Seguridad. Para que te escuche tienes que hablar un poco alto. Eso hace que los que estamos esperando aunque estemos a varios metros lo escuchemos todo.

Si quieres formular denuncia, si bien te avisan de que tardarás varias horas, has de explicar inicialmente de qué se trata.

Y escuchas como un hombre, muy alterado, quiere denunciar a su ex mujer porque se ha llevado a la niña sin avisar y tiene un novio nuevo que es peligroso, que pueden preguntar por el barrio dice mientras no para de hacer aspavientos. 

Y escuchas a dos turistas suizos que quieren denunciar que le han roto los cristales de su coche.

Y ves a una mujer llorando porque al preguntar por que está detenido su hermano le dicen que es por violencia machista. Y oyes su nombre. Y ves su pena. Y giras la cabeza. Y yo no me tendría que estar enterando de todo esto. 

Y así las dos horas.

Si fuera un periodista tendría la página de sucesos hecha. 

El artículo 18 de la Constitución dice que se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. En aquella comisaría lo de la intimidad, lo que se dice garantizado, no lo está.

¿Tanto cuesta poner una sala separada para poder atender persona a persona con la mínima intimidad?. 

Una de las últimas leyes que aprobamos en el Senado durante mi experiencia política fue el proyecto de ley orgánica de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales. Consentimiento, confidencialidad, tratamiento de los datos de naturaleza penal, ... Es necesaria la protección en el ámbito digital, que duda cabe, pero, ¿y la confidencialidad en el espacio físico?.

Por lo demás, las guardias siguen igual, yo al menos no he notado en las cuatro guardias del turno de oficio que he hecho estos meses que se haya disparado la criminalidad (o al menos los detenidos) a ese nivel catastrofista que escuchas por televisiones y en el lodazal de twitter. Más o menos lo mismo que cuando Trias era alcalde de Barcelona o Albiol de Badalona. Pero son sensaciones, que voy a saber yo.

Sales de la comisaría y ya es de noche.

Al día siguiente llegas al Juzgado y lo que eran presuntos delitos de robos con violencia y/o intimidación en el atestado policial se convierten en delitos leves de hurto porque no hay Fiscal que lo pueda sostener con lo que hay en las actuaciones. Habría que ver eso también en las estadísticas. 

Y en el Juzgado, esperas y esperas. Y horas después de tu llegada te dicen que está todo preparado pero que no te pueden subir al detenido del calabozo porque solo hay una pareja de Mossos y están con otro detenido en el médico forense. Paciencia. Medios. 

Tres años y medio después todo sigue igual.

Llego a casa. Enciendo la televisión. Sale Casado desde Canarias hablando de ampliar la prisión permanente revisable. Incrementos de penas. La vida sigue igual. 

Continuará.