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sábado, 2 de junio de 2018

HAGAN JUEGO QUE GANA LA BANCA ... Y PIERDE LA SOCIEDAD

Las apuestas deportivas online o el póker o casino online cada vez tienen más adeptos y está creciendo vertiginosamente el número de adictos. La ludopatía se está apoderando cada vez de más personas y de perfiles más jóvenes.

Una droga destructiva aunque no lo parezca. Hay ya más de 676.322 usuarios activos en las casas de apuestas según el informe Trimestral del Mercado del Juego Online.
Las asociaciones que tenían controlados los perfiles de posibles ludópatas han visto como todo el escenario que conocían ha cambiado repentinamente.
Hasta hace poco los jugadores empezaban de media a los 28 años a apostar. Ahora esa media está ya en los 18 años, según aseguran algunos estudios y la mayoría que acude a solicitar ayuda se sitúa entre los 18 y 25 años cuando hace siete años la media de edad era de 35 a 45 años.
Los casos de adictos al juego online ya son la segunda causa de tratamiento por adicción al juego en España. Desde que se reguló en 2012, el juego online no ha dejado de aumentar en España. Cada vez se apuesta más dinero, cada vez juega más gente y cada vez las casas de apuestas gastan más en publicidad. Si no hacemos nada, en poco tiempo será la primera causa de ludopatía, si no lo es ya.
Los datos asustan.
Un tormento para quien cae en la ludopatía y para sus allegados.
Y las casas de apuestas no paran de crecer, sobre todo en los barrios obreros, un fenómeno que llevan años practicando en Reino Unido.
No es de extrañar que el estudio de percepción social del juego del azar de 2016 señale a la clase media-baja como la de principal prevalencia de la adicción.
Todos los expertos coinciden en señalar los riesgos que conlleva la posibilidad de poder apostar durante toda la jornada sin someterse a ningún control social y ello incide en el tiempo necesario para desarrollar una adicción. Si en el juego presencial se necesitan entre cinco y seis años apostando para engancharse, en el juego online basta con uno o dos.
La publicidad para el juego presencial está prohibida en España. En cambio las casas de apuestas y de póker online sí pueden hacer anuncios y se gastan una millonada en promocionarse. Y además utilizan referentes deportivos de los jóvenes para anunciarlas y a pesar de la protección de horario infantil se les permite saltárselo con la excusa de las retransmisiones deportivas.
Las claves del enganche es que son apuestas con un importe bajo, que generan sensación de control y bajo riesgo, la facilidad de accesibilidad, el hecho que las apuestas online no estén mal vistas socialmente, la inmediatez y el anonimato y junto a ello, las empresas de microcréditos.
Estamos ante un grave problema de salud pública.
Y por tanto es necesario poner mecanismos de prevención.
Foto Irene Lingua
El pasado diciembre, Unidos Podemos solicitó en la Comisión Mixta para el Estudio de las Drogas la prohibición de la publicidad de apuestas deportivas, juegos de azar o de apuestas, propuesta respaldada por las distintas asociaciones que trabajan en la ayuda a personas adictas al juego. Nos quedamos solos votando a favor de la iniciativa, PP, PSOE y C´S votaron en contra. Demasiados intereses económicos detrás.
También hemos solicitado que los estudios de prevalencia del trastorno de juego y el observatorio sobre ludopatía se lleven a cabo desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en el seno del Consejo Interterritorial de Salud, porque aunque parezca mentira a día de hoy se hace por la Dirección General de Ordenación del Juego que depende del Ministerio de Hacienda, símbolo de que lo que prima es la recaudación y no el problema de salud.
¿Y el gobierno que va a hacer?
Pues nada o peor, lo potencia o eso parece, prima el interés-económico de algunos (el volumen de negocio del gremio del juego online es de unos 13.000 millones) sobre lo que debería ser el interés general.
Con la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2018 el gobierno va a convertir de facto a Ceuta y Melilla en una suerte de paraíso fiscal para las empresas de juego online y así intentar atraer a una gran mayoría de ellas ahora instaladas en Gibraltar o Malta y además regala a las empresas del juego online una rebaja fiscal. Una actividad que actualmente apenas aporta 52´7 millones a las arcas públicas ni genera prácticamente empleo.
Decir juega con responsabilidad mientras estimulas a la sociedad con una matraca de publicidad y accesibilidad e incentivos fiscales al juego es de una gran hipocresía. Y un gran peligro. Al ritmo que vamos de aquí unos años nos costará un dineral ayudar y dar cobijo a todos los casos de ludopatía que vamos a provocar con la inacción. De aquellos polvos vendrán estos lodos.
En el tema del juego online, gana la banca y pierde la sociedad.
(Artículo publicado originalmente en el Diario Público el 20 de mayo de 2018)